III ENCUENTRO DEL V ENCUENTRO DE
ESCUELAS TAURINAS
Ganadería
“Manuela Patón Selas” – Venta de los Santos (Jaén)
Bravura,
talento y aprendizaje en el campo bravo.
Escuela
Taurina de Valencia: Dejó una muy grata impresión gracias a su clase y
solvencia. Hizo gala de un excelente manejo de los tiempos.

El pasado 12
de abril, la ganadería Manuela Patón Selas, situada en el cortijo El General de
Venta de los Santos (Jaén), acogió una jornada especial dentro del marco del V
Encuentro de Escuelas Taurinas. En esta tercera cita del ciclo, jóvenes
novilleros procedentes de las escuelas taurinas de Guadalajara, Alicante,
Valencia y Oscense se enfrentaron a vacas de una ganadería que se mostró
encastada, seria y exigente.
Este III
Encuentro dejó patente que el futuro de la tauromaquia está lleno de esperanza.
Las jóvenes promesas demostraron, con actitud y entrega, que la tradición
taurina sigue viva. La ganadería de Manuela Patón Selas se reafirma como un
espacio ideal para la formación, no solo por la calidad de sus reses, sino
también por su compromiso con el mundo del toro y las nuevas generaciones.
La Ganadería de Manuela Patón Selas
De encaste Domecq, y asentada sobre una base de 140 vacas de vientre y varios sementales, la ganadería de Manuela Patón Selas ha venido reforzando su línea con la incorporación de sementales de El Parralejo, lo que le ha dado motor y empuje a sus reses. Las vacas lidiadas en esta jornada cumplieron con creces, exigiendo a los novilleros concentración y entrega. Fue un tentadero de gran valor formativo.
Escuela
Taurina de Guadalajara: Mostró gran temple y madurez de sus alumnos más noveles.
Destacó por su capacidad de crecimiento.
La pasión que forja la
bravura: Historia de la ganadería Manuela Patón Selas
En el corazón de la sierra manchega, entre encinas centenarias y el aroma
del campo bravo, se alza la finca Sierra San Cristóbal, en el término
municipal de Villamanrique (Ciudad Real). Es aquí donde pastan,
orgullosas y altivas, las reses de la ganadería Manuela Patón Selas, un
hierro que, aunque joven en su actual configuración, hunde sus raíces en la
historia reciente del toreo.
La historia de esta vacada comienza con un hierro de sangre caliente: La
Campana, una divisa salmantina que en su día perteneció a José Sánchez
Benito, un nombre íntimamente ligado al mundo del toro por su papel como
apoderado de Morante de la Puebla, durante dos intensas temporadas.
Precisamente sería el propio torero cigarrero quien, prendado de la nobleza y
la bravura de aquellas reses, se haría con parte del ganado para más tarde
vendérselo, en 2014, a Manuela Patón Selas, junto con un semental
ensabanado de Núñez del Cubillo, una joya genética que pasaría a ser
piedra angular de la nueva etapa.
Manuela y José María Patón Selas, actuales
propietarios, no solo compraron ganado: asumieron una filosofía de crianza, una
pasión por el toro bien hecho, y un compromiso con el futuro del campo bravo.
La ganadería se reestructuró y creció hasta conformar una base sólida de unas
140 vacas de vientre y varios sementales, bajo el manto genético del
encaste Domecq, una de las líneas más contrastadas del campo bravo.
Instalada firmemente en su actual finca de Villamanrique, con
presencia también en Venta de Los Santos (Jaén) en el cortijo El
General, la ganadería dio de alta su hierro en la Agrupación Española de
Ganaderos de Reses Bravas (AEGRB), comenzando una nueva etapa marcada por
la seriedad, el rigor y la ilusión.
La divisa blanca y roja ondea hoy en las plazas con personalidad propia. La
señal de oreja —zarcillo en la derecha y horquilla en la izquierda— es
ya un distintivo de identidad. Las reses, bien alimentadas y criadas en
libertad, reflejan la ambición de sus criadores: toros encastados, con motor,
entrega y fondo. Para reforzar esta línea, recientemente se han introducido sementales
procedentes de El Parralejo, ganadería moderna y contrastada por su fiereza
y empuje.
El objetivo es claro: lidiar anualmente dos corridas de toros, dos
novilladas picadas y una sin caballos, dando oportunidades tanto en plazas
de exigencia como en escenarios de promoción.
La historia de la ganadería Manuela Patón Selas es, en definitiva,
una historia de amor por el toro bravo. Una historia que respira campo, que
huele a jara y encina, y que se escribe cada día entre cercados, tentaderos y
sueños de embestidas nobles. Una historia viva, que apenas comienza.
Escuela
Taurina de Alicante: Brilló por su serenidad y buena técnica. Supo conectar con
los asistentes y manejar con inteligencia cada embestida.
Escuela
Taurina Oscense: Amaro Lidoy ofreció una actuación vibrante y arriesgada. Se enfrentó
a la vaca más complicada del día, logrando momentos de gran emoción.
Bravura,
talento y aprendizaje: el III Encuentro en la Ganadería Manuela Patón Selas
III ENCUENTRO DEL V ENCUENTRO DE
ESCUELAS TAURINAS
Ganadería
“Manuela Patón Selas” – Venta de los Santos (Jaén)
Fecha: 12 de
abril de 2024
Bravura,
talento y aprendizaje en el campo bravo
El pasado 12
de abril, la ganadería Manuela Patón Selas, situada en el cortijo El General de
Venta de los Santos (Jaén), acogió una jornada especial dentro del marco del V
Encuentro de Escuelas Taurinas. En esta tercera cita del ciclo, jóvenes
novilleros procedentes de las escuelas taurinas de Guadalajara, Alicante,
Valencia y Oscense se enfrentaron a vacas de una ganadería que se mostró
encastada, seria y exigente.
La Ganadería de Manuela Patón Selas
De encaste
Domecq, y asentada sobre una base de 140 vacas de vientre y varios sementales,
la ganadería de Manuela Patón Selas ha venido reforzando su línea con la
incorporación de sementales de El Parralejo, lo que le ha dado motor y empuje a
sus reses. Las vacas lidiadas en esta jornada cumplieron con creces, exigiendo
a los novilleros concentración y entrega. Fue un tentadero de gran valor
formativo.
Actuación de
las Escuelas Taurinas
Escuela
Taurina de Guadalajara: Mostró gran temple y madurez. Destacó por su capacidad
para interpretar los tiempos de la vaca y por su toreo reposado y sensato.
Escuela
Taurina de Alicante: Brilló por su serenidad y buena técnica. Supo conectar con
los asistentes y manejar con inteligencia cada embestida.
Escuela
Taurina de Valencia: Dejó una muy grata impresión gracias a su clase y
solvencia. Hizo gala de un excelente manejo de los tiempos.
Escuela
Taurina Oscense: En especial, Amaro Lidoy ofreció una actuación vibrante y
arriesgada. Se enfrentó a la vaca más complicada del día, logrando momentos de
gran emoción.
Conclusión
Este III Encuentro dejó patente que el futuro de la tauromaquia está lleno de esperanza. Las jóvenes promesas demostraron, con actitud y entrega, que la tradición taurina sigue viva. La ganadería de Manuela Patón Selas se reafirma como un espacio ideal para la formación, no solo por la calidad de sus reses, sino también por su compromiso con el mundo del toro y las nuevas generaciones.
La pasión que forja la
bravura: Historia de la ganadería Manuela Patón Selas
En el corazón de la sierra manchega, entre encinas centenarias y el aroma
del campo bravo, se alza la finca Sierra San Cristóbal, en el término
municipal de Villamanrique (Ciudad Real). Es aquí donde pastan,
orgullosas y altivas, las reses de la ganadería Manuela Patón Selas, un
hierro que, aunque joven en su actual configuración, hunde sus raíces en la
historia reciente del toreo.
La historia de esta vacada comienza con un hierro de sangre caliente: La
Campana, una divisa salmantina que en su día perteneció a José Sánchez
Benito, un nombre íntimamente ligado al mundo del toro por su papel como
apoderado de Morante de la Puebla, durante dos intensas temporadas.
Precisamente sería el propio torero cigarrero quien, prendado de la nobleza y
la bravura de aquellas reses, se haría con parte del ganado para más tarde
vendérselo, en 2014, a Manuela Patón Selas, junto con un semental
ensabanado de Núñez del Cubillo, una joya genética que pasaría a ser
piedra angular de la nueva etapa.
Manuela y José María Patón Selas, actuales
propietarios, no solo compraron ganado: asumieron una filosofía de crianza, una
pasión por el toro bien hecho, y un compromiso con el futuro del campo bravo.
La ganadería se reestructuró y creció hasta conformar una base sólida de unas
140 vacas de vientre y varios sementales, bajo el manto genético del
encaste Domecq, una de las líneas más contrastadas del campo bravo.
Instalada firmemente en su actual finca de Villamanrique, con
presencia también en Venta de Los Santos (Jaén) en el cortijo El
General, la ganadería dio de alta su hierro en la Agrupación Española de
Ganaderos de Reses Bravas (AEGRB), comenzando una nueva etapa marcada por
la seriedad, el rigor y la ilusión.
La divisa blanca y roja ondea hoy en las plazas con personalidad propia. La
señal de oreja —zarcillo en la derecha y horquilla en la izquierda— es
ya un distintivo de identidad. Las reses, bien alimentadas y criadas en
libertad, reflejan la ambición de sus criadores: toros encastados, con motor,
entrega y fondo. Para reforzar esta línea, recientemente se han introducido sementales
procedentes de El Parralejo, ganadería moderna y contrastada por su fiereza
y empuje.
El objetivo es claro: lidiar anualmente dos corridas de toros, dos novilladas
picadas y una sin caballos, dando oportunidades tanto en plazas de
exigencia como en escenarios de promoción.
La historia de la ganadería Manuela Patón Selas es, en definitiva,
una historia de amor por el toro bravo. Una historia que respira campo, que
huele a jara y encina, y que se escribe cada día entre cercados, tentaderos y
sueños de embestidas nobles. Una historia viva, que apenas comienza.