Huesca se rinde ante Asier Abadiano: faena grande y dos orejas en una tarde épica

Huesca se rinde ante Asier Abadiano: faena grande y dos orejas en una tarde épica


Asier Abadiano.

“La tarde en que Huesca soñó con Abadiano”


Huesca, 5 de abril de 2025.
La mañana del sábado amaneció encapotada y húmeda, con un cielo plomizo que dejaba entrever una jornada complicada para el toreo en la capital oscense. Las lluvias de la noche habían dejado el ruedo impracticable, y muchos pensaban que el festejo tendría que aplazarse. Pero en el toreo, cuando hay voluntad, hay milagros. Lo que comenzó como un día incierto acabó convirtiéndose en una tarde memorable, marcada por la inspiración, la bravura, y por el nombre de un joven que empieza a escribir su propia historia: Asier Abadiano.



El ruedo, que a primera hora era un auténtico lodazal, se transformó gracias al esfuerzo incansable de los alumnos de la Escuela Taurina de Huesca y de un grupo de voluntarios entregados. Entre ellos, los más jóvenes, como Angelito y Eidan, dieron ejemplo de compromiso y afición. El trabajo de todos permitió que, a la hora prevista, sonaran los clarines y arrancara el festejo ante más de cuatrocientos valientes aficionados que desafiaron al mal tiempo por amor al toreo.



Se lidiaron seis novillos bien presentados de la ganadería Hermanos Marcen Romero, de Villanueva de Gállego (Zaragoza), con nobleza, fuerza y exigencia. Un encierro variado y encastado que obligó a los novilleros de las escuelas taurinas de Valencia, Alicante, Guadalajara y Huesca a mostrar lo mejor de su repertorio. Todos lograron cortar al menos un trofeo, dando muestra del excelente nivel formativo de las escuelas y del futuro que se forja en ellas.



Pero la tarde tuvo un nombre propio: Asier Abadiano. El novillero local desató la emoción del público con una faena de enorme profundidad y temple. Desde que se fue a porta gayola, se intuía que algo importante podía suceder, pero fue tras una voltereta aparatosa que habría hecho tambalear a muchos cuando mostró su verdadera dimensión: se levantó con más fuerza, se fue decidido a los medios y comenzó a dibujar muletazos de gran belleza, firmeza y sentimiento. Su enemigo, encastado y con transmisión, pedía entrega total… y Abadiano respondió con el corazón en la mano.



La faena, creciente en intensidad, terminó con una estocada en todo lo alto que puso en pie a los tendidos. La respuesta fue unánime: dos orejas y una gran obación. La Puerta Grande se abrió para él, acompañado por una ovación cerrada, sincera, de esas que no se olvidan.



Lo vivido este 5 de abril en Huesca fue mucho más que una tarde de novilladas. Fue una lección de pasión, de superación y de futuro para la tauromaquia. Una jornada en la que se volvió a demostrar que el toreo no se detiene ante la adversidad, y que la emoción sigue muy viva cuando hay entrega y verdad.



Y si algo quedó claro en Huesca es que, tras su actuación heroica y emocionante,
Asier quiere ser torero.



Huesca se rinde ante Asier Abadiano: faena grande y dos orejas en una tarde épica

“La tarde en que Huesca soñó con Abadiano”

Huesca, 5 de abril de 2025.
La mañana del sábado amaneció encapotada y húmeda, con un cielo plomizo que dejaba entrever una jornada complicada para el toreo en la capital oscense. Las lluvias de la noche habían dejado el ruedo impracticable, y muchos pensaban que el festejo tendría que aplazarse. Pero en el toreo, cuando hay voluntad, hay milagros. Lo que comenzó como un día incierto acabó convirtiéndose en una tarde memorable, marcada por la inspiración, la bravura, y por el nombre de un joven que empieza a escribir su propia historia: Asier Abadiano.

El ruedo, que a primera hora era un auténtico lodazal, se transformó gracias al esfuerzo incansable de los alumnos de la Escuela Taurina de Huesca y de un grupo de voluntarios entregados. Entre ellos, los más jóvenes, como Angelito y Eidan, dieron ejemplo de compromiso y afición. El trabajo de todos permitió que, a la hora prevista, sonaran los clarines y arrancara el festejo ante más de cuatrocientos valientes aficionados que desafiaron al mal tiempo por amor al toreo.

Se lidiaron seis novillos bien presentados de la ganadería Hermanos Marcen Romero, de Villanueva de Gállego (Zaragoza), con nobleza, fuerza y exigencia. Un encierro variado y encastado que obligó a los novilleros de las escuelas taurinas de Valencia, Alicante, Guadalajara y Huesca a mostrar lo mejor de su repertorio. Todos lograron cortar al menos un trofeo, dando muestra del excelente nivel formativo de las escuelas y del futuro que se forja en ellas.

Pero la tarde tuvo un nombre propio: Asier Abadiano. El novillero local desató la emoción del público con una faena de enorme profundidad y temple. Desde que se fue a porta gayola, se intuía que algo importante podía suceder, pero fue tras una voltereta aparatosa que habría hecho tambalear a muchos cuando mostró su verdadera dimensión: se levantó con más fuerza, se fue decidido a los medios y comenzó a dibujar muletazos de gran belleza, firmeza y sentimiento. Su enemigo, encastado y con transmisión, pedía entrega total… y Abadiano respondió con el corazón en la mano.

La faena, creciente en intensidad, terminó con una estocada en todo lo alto que puso en pie a los tendidos. La respuesta fue unánime: dos orejas y una gran obación. La Puerta Grande se abrió para él, acompañado por una ovación cerrada, sincera, de esas que no se olvidan.

Lo vivido este 5 de abril en Huesca fue mucho más que una tarde de novilladas. Fue una lección de pasión, de superación y de futuro para la tauromaquia. Una jornada en la que se volvió a demostrar que el toreo no se detiene ante la adversidad, y que la emoción sigue muy viva cuando hay entrega y verdad.

Y si algo quedó claro en Huesca es que, tras su actuación heroica y emocionante,
Asier quiere ser torero.