"La histórica vacada de Armando Sancho en la Bardena Negra: Un legado
de tradición y valentía"
La historia de la vacada de Armando Sancho es una auténtica saga de
esfuerzo, pasión y amor por la tradición ganadera aragonesa. La cría de ganado
bravo en la región de las Cinco Villas, particularmente en las cercanías de
Ejea de los Caballeros, tiene sus raíces en la primera mitad del siglo XVIII.
En este contexto, surge una de las vacadas más emblemáticas de Aragón, que, con
el paso de los años, acabaría heredando el hierro de D. Juan Murillo
Villanueva.
La historia de la ganadería Ripamilán se remonta a 1874, cuando D. Gregorio
de los Santos Ripamilán adquirió de su primo, D. Severo Murillo, la vacada y el
hierro que este poseía desde mediados del siglo XIX, con una antigüedad desde el
24 de septiembre de 1865. D. Gregorio contribuyó a la fama de estos toros
lidiándolos en las principales plazas de España, como Barcelona, Valencia,
Zaragoza, Pamplona y Palma de Mallorca. Sin embargo, cuatro años después, la
tragedia se cernió sobre la familia cuando D. Gregorio fue asesinado, pasando
el legado a su hermano, D. Victoriano Ripamilán. La ganadería Ripamilán se
presentó por primera vez en Madrid el 27 de julio de 1890. Trágicamente, D.
Victoriano falleció en 1894 y, a partir de ese momento, la ganadería se anunció
bajo el nombre de "Viuda de D. Victoriano Ripamilán". Doña Mercedes,
su esposa, se casó en segundas nupcias con D. Pío Diego Madrazo, estrechamente
vinculado a Rafael Guerra "Guerrita". En 1909, la ganadería fue
vendida a D. Manuel Lozano, de Valdelinares (Teruel), quien ya poseía la
ganadería del Marqués de Fuente el Sol, de casta jijona.
Con la venta de la ganadería en 1909 y la desaparición del hierro
Ripamilán, el legado quedó en el olvido durante casi un siglo, hasta que en
2005, Armando Sancho Recaj, con una gran pasión por el ganado autóctono y un
profundo respeto por la tradición, decidió recuperar este histórico linaje.
Armando adquirió un lote de 25 vacas y dos sementales de la ganadería de
Chicarro para comenzar su andadura como ganadero. Al año siguiente, tras
eliminar el ganado adquirido inicialmente, compró 51 hembras a D. Jesús Guembe
Solano y dos sementales “Silencioso” y “Bulcano” a los ganaderos Nicolás Aranda
y José Arriazu, con el firme propósito de devolver la vida al legado de
Ripamilán.
Hoy, dos décadas después, a pesar de las dificultades y obstáculos que han
surgido en su camino, la pasión de Armando por la ganadería sigue intacta. Su
dedicación, esfuerzo y amor por esta tradición histórica son los pilares que
sostienen su proyecto, y, con suerte, en el futuro seguiremos leyendo sobre su
legado, al igual que lo hicimos con el de sus predecesores, gracias al
compromiso y la tenacidad de Armando Sancho.
Propietario:
D. Armando Sancho Recaj
Ejea De Los Caballeros (Zaragoza)
Telf. 661 20 81 27
"La histórica vacada de Armando Sancho en la Bardena Negra: Un legado de tradición y valentía"
La historia de la ganadería Ripamilán se remonta a 1874, cuando D. Gregorio
de los Santos Ripamilán adquirió de su primo, D. Severo Murillo, la vacada y el
hierro que este poseía desde mediados del siglo XIX, con una antigüedad desde el
24 de septiembre de 1865. D. Gregorio contribuyó a la fama de estos toros
lidiándolos en las principales plazas de España, como Barcelona, Valencia,
Zaragoza, Pamplona y Palma de Mallorca. Sin embargo, cuatro años después, la
tragedia se cernió sobre la familia cuando D. Gregorio fue asesinado, pasando
el legado a su hermano, D. Victoriano Ripamilán. La ganadería Ripamilán se
presentó por primera vez en Madrid el 27 de julio de 1890. Trágicamente, D.
Victoriano falleció en 1894 y, a partir de ese momento, la ganadería se anunció
bajo el nombre de "Viuda de D. Victoriano Ripamilán". Doña Mercedes,
su esposa, se casó en segundas nupcias con D. Pío Diego Madrazo, estrechamente
vinculado a Rafael Guerra "Guerrita". En 1909, la ganadería fue
vendida a D. Manuel Lozano, de Valdelinares (Teruel), quien ya poseía la
ganadería del Marqués de Fuente el Sol, de casta jijona.
Con la venta de la ganadería en 1909 y la desaparición del hierro
Ripamilán, el legado quedó en el olvido durante casi un siglo, hasta que en
2005, Armando Sancho Recaj, con una gran pasión por el ganado autóctono y un
profundo respeto por la tradición, decidió recuperar este histórico linaje.
Armando adquirió un lote de 25 vacas y dos sementales de la ganadería de
Chicarro para comenzar su andadura como ganadero. Al año siguiente, tras
eliminar el ganado adquirido inicialmente, compró 51 hembras a D. Jesús Guembe
Solano y dos sementales “Silencioso” y “Bulcano” a los ganaderos Nicolás Aranda
y José Arriazu, con el firme propósito de devolver la vida al legado de
Ripamilán.
Hoy, dos décadas después, a pesar de las dificultades y obstáculos que han
surgido en su camino, la pasión de Armando por la ganadería sigue intacta. Su
dedicación, esfuerzo y amor por esta tradición histórica son los pilares que
sostienen su proyecto, y, con suerte, en el futuro seguiremos leyendo sobre su
legado, al igual que lo hicimos con el de sus predecesores, gracias al
compromiso y la tenacidad de Armando Sancho.