LA GANADERÍA DE LÒPEZ GIBAJA PRESENTA SU LIBRO EN ZARAGOZA .

Por Paco Martínez 

Nada sucede sin antes ser un sueño, esta es la frase que sirve como título al libro que recopila los hechos que resumen los 25 primeros años de existencia de la ganadería de Antonio López Gibaja, que pasta en la finca Los Baldíos, de Oliva de Plasencia (Cáceres). Su hijo y autor del mismo, Antonio López Rivas, que con su trabajo ha querido recoger el sueño de su padre, ya hecho realidad, presentó su obra el pasado 23 de abril en el aula sociocultural de la plaza de toros de Zaragoza, después de un festejo donde se lidiaron sus toros, ante un salón abarrotado de aficionados, ávidos de conocer los entresijos de una ganadería cada vez más prestigiosa.

Como decían los revisteros antiguos, todo empezó en el año 1990 cuando Antonio López y Manolo Hurtado (lo recordarán como apoderado de Jesús Millán) se unieron para gestionar la ganadería de El Álamo, procedencia Núñez, al 50 %. La misma iría a nombre de Pilar Hurtado (hija de Manolo) y se marcaría con el hierro de El Álamo.

Tres años duró la empresa, pues en 1993 Antonio López le compra su parte a Hurtado y, aunque deberá estar cinco años lidiando a nombre de Pilar Hurtado, en 1998 ya lo hace como López Gibaja, mientras que como hierro utilizará el de su cuadra de caballos de pura raza española, creada en 1979.

Buscando mayor presencia entre sus productos y entrar en ferias de superior categoría, en 1995 López Gibaja compra dos sementales del Marqués de Domecq para cruzarlos con sus vacas de Núñez, y en 1999 un semental de Jandilla cubrirá las hembras procedentes del cruce Núñez/ Marqués de Domecq, dando fin con esto a su segundo experimento ganadero, que no sería el último, pues llegado el año 2010 buscando motor, transmisión y duración se compran 50 vacas y 5 sementales a El Torero, procedencia Salvador Domecq y Díez, y se retiran todos los de procedencia Núñez, Marqués de Domecq y Jandilla, siendo la sangre de El Torero la que perdura en la actualidad y la que llevaban los toros que se lidiaron la tarde del 23 de abril.

El libro, cuidado, perfectamente maquetado e ilustrado con numerosas fotografías y carteles de toros, está lleno de datos, de anécdotas y de abundante sapiencia recogida entre las gentes del campo, muchas veces desconocida. Además, a lo largo del relato se intercalan noticias históricas para ambientar los hechos: Muerte de Joselito el Gallo, los atentados yihadistas de Madrid, las manifestaciones a favor del toreo, Sanfermines, gastronomía, etc. En resumen, es una publicación que huele a hierba y suena a esquilo, a voces de vaquero y a mugir de hembra recién parida. Es un libro de gorra de cuadros, de zahones de cuero, de águilas perdiceras y arroyos de aguas claras. Es un trabajo de conversaciones a la luz de la lumbre con hombres de caras morenas de surcos graves y profundos.

Durante una hora tuvimos la ocasión de estar hablando de toros con Antonio López Rivas, de su ganadería y de su publicación, estando acompañado el ganadero de Enrique Álvarez, responsable de desarrollo de investigación del CIMA (Centro de Investigación Médica Aplicada de Navarra), puesto que ahí va a parar el 50% de lo recaudado con la venta del libro.

Desgranado el contenido del trabajo, al final del acto los aficionados pudieron plantear sus inquietudes al ganadero, que contestó con sumo agrado antes de entregar a la Diputación Provincial de Zaragoza, un ejemplar de su libro para la biblioteca de la institución y un cuadro como recuerdo del año 2013, cuando un toro de su ganadería, de nombre “Marqués” se alzó con el primer premio de la corrida concurso de ganaderías de aquel año.

D. Francisco Martínez y D. Antonio López.

En general el evento resultó sencillo, íntimo y muy ilustrativo, por lo que el respetable que llenaba la sala vió plenamente cumplidas sus expectativas, así que gracias al ganadero por su libro y por el conocimiento puesto a favor de la afición.


Nuestro agradecimiento a D. Francisco Martínez, D. Antonio López y Zúñiga & Toros S.L.



 

LA GANADERÍA DE LÒPEZ GIBAJA PRESENTA SU LIBRO EN ZARAGOZA 

Por Paco Martínez

Nada sucede sin antes ser un sueño, esta es la frase que sirve como título al libro que recopila los hechos que resumen los 25 primeros años de existencia de la ganadería de Antonio López Gibaja, que pasta en la finca Los Baldíos, de Oliva de Plasencia (Cáceres). Su hijo y autor del mismo, Antonio López Rivas, que con su trabajo ha querido recoger el sueño de su padre, ya hecho realidad, presentó su obra el pasado 23 de abril en el aula sociocultural de la plaza de toros de Zaragoza, después de un festejo donde se lidiaron sus toros, ante un salón abarrotado de aficionados, ávidos de conocer los entresijos de una ganadería cada vez más prestigiosa.

Como decían los revisteros antiguos, todo empezó en el año 1990 cuando Antonio López y Manolo Hurtado (lo recordarán como apoderado de Jesús Millán) se unieron para gestionar la ganadería de El Álamo, procedencia Núñez, al 50 %. La misma iría a nombre de Pilar Hurtado (hija de Manolo) y se marcaría con el hierro de El Álamo.

Tres años duró la empresa, pues en 1993 Antonio López le compra su parte a Hurtado y, aunque deberá estar cinco años lidiando a nombre de Pilar Hurtado, en 1998 ya lo hace como López Gibaja, mientras que como hierro utilizará el de su cuadra de caballos de pura raza española, creada en 1979.

Buscando mayor presencia entre sus productos y entrar en ferias de superior categoría, en 1995 López Gibaja compra dos sementales del Marqués de Domecq para cruzarlos con sus vacas de Núñez, y en 1999 un semental de Jandilla cubrirá las hembras procedentes del cruce Núñez/ Marqués de Domecq, dando fin con esto a su segundo experimento ganadero, que no sería el último, pues llegado el año 2010 buscando motor, transmisión y duración se compran 50 vacas y 5 sementales a El Torero, procedencia Salvador Domecq y Díez, y se retiran todos los de procedencia Núñez, Marqués de Domecq y Jandilla, siendo la sangre de El Torero la que perdura en la actualidad y la que llevaban los toros que se lidiaron la tarde del 23 de abril.

El libro, cuidado, perfectamente maquetado e ilustrado con numerosas fotografías y carteles de toros, está lleno de datos, de anécdotas y de abundante sapiencia recogida entre las gentes del campo, muchas veces desconocida. Además, a lo largo del relato se intercalan noticias históricas para ambientar los hechos: Muerte de Joselito el Gallo, los atentados yihadistas de Madrid, las manifestaciones a favor del toreo, Sanfermines, gastronomía, etc. En resumen, es una publicación que huele a hierba y suena a esquilo, a voces de vaquero y a mugir de hembra recién parida. Es un libro de gorra de cuadros, de zahones de cuero, de águilas perdiceras y arroyos de aguas claras. Es un trabajo de conversaciones a la luz de la lumbre con hombres de caras morenas de surcos graves y profundos. 

Durante una hora tuvimos la ocasión de estar hablando de toros con Antonio López Rivas, de su ganadería y de su publicación, estando acompañado el ganadero de Enrique Álvarez, responsable de desarrollo de investigación del CIMA (Centro de Investigación Médica Aplicada de Navarra), puesto que ahí va a parar el 50% de lo recaudado con la venta del libro.

Desgranado el contenido del trabajo, al final del acto los aficionados pudieron plantear sus inquietudes al ganadero, que contestó con sumo agrado antes de entregar a la Diputación Provincial de Zaragoza, un ejemplar de su libro para la biblioteca de la institución y un cuadro como recuerdo del año 2013, cuando un toro de su ganadería, de nombre “Marqués” se alzó con el primer premio de la corrida concurso de ganaderías de aquel año.

En general el evento resultó sencillo, íntimo y muy ilustrativo, por lo que el respetable que llenaba la sala vió plenamente cumplidas sus expectativas, así que gracias al ganadero por su libro y por el conocimiento puesto a favor de la afición.