Pedro Andrés: el clasicismo joven que llega a Zaragoza
Serio tentadero de vacas cinqueñas en la
ganadería "El Piteo"
Alfaro (La Riaja).
La Feria
del Pilar 2025 se viste de novedad y de futuro con la presencia de Pedro
Andrés Arija, un novillero que está dando mucho que hablar en el escalafón.
Nacido en Vitoria (Álava), pero con raíces zamoranas, lleva el toreo en
la sangre: su padre, Jesús Andrés, fue novillero sin caballos, y en casa se
respiraba ambiente taurino desde niño.
Su formación
ha pasado por dos grandes canteras de novilleros: la Escuela Taurina de
Salamanca y la de Rioseco (Valladolid). De ambas se llevó la
seriedad en los fundamentos y la búsqueda de un concepto clásico que hoy es su
sello. No es un torero de artificios: lo suyo es la pureza, el ritmo y la
cadencia, la muleta templada y los muletazos ligados, buscando siempre la
estética.
De Huerta del Rey a Villoria
Su primer
vestido de luces lo estrenó en Huerta del Rey (Burgos), en septiembre de
2020, cortando dos orejas. Tras una etapa intensa como becerrista y
novillero sin caballos, llegó el gran salto con picadores en Villoria
(Salamanca), el 7 de abril de 2024. Esa tarde salió en hombros tras cortar
dos orejas, una carta de presentación que confirmó lo que muchos intuían: que
había torero.
En la temporada
2023, todavía sin caballos, toreó 28 festejos y cortó 53 orejas. Pero fue
en 2024, ya con picadores, cuando dio un golpe en la mesa: 14 novilladas, 31
orejas y hasta 10 salidas a hombros. Cifras que no se explican solo con
entusiasmo juvenil, sino con capacidad y constancia.
Triunfos que marcan un camino
Los triunfos
se han ido sucediendo: Belorado, Albarracín, Bouillargues, Casavieja,
Briviesca, Sotillo de la Adrada… En esta última plaza, en 2025, firmó una
tarde rotunda con novillos de Hato Blanco, logrando el trofeo al Triunfador
de la feria. Y en Carbonero el Mayor (Segovia) salió en hombros tras
cortar dos orejas a su lote de Prieto de la Cal.
En el Circuito
de Castilla y León también ha brillado: fue finalista en 2024 y en 2025
tiene plaza fija, consolidándose como uno de los nombres destacados del certamen.
Zaragoza, una cita clave
Pedro Andrés
lo tiene claro: la temporada 2025 es clave. No quiere que nadie piense
que lo de 2024 fue casualidad. La exigencia del escalafón de novilleros con
caballos es alta y la afición pide siempre un plus. Por eso, la cita en la Feria
del Pilar de Zaragoza se convierte en un reto mayúsculo: una plaza de
primera, con una afición entendida y exigente, donde cada muletazo se mide y
cada detalle cuenta.
Llega con el
respaldo de su apoderado Jorge Manrique, con un invierno intenso de
preparación física y de campo, y con la ilusión de un joven que sueña en
grande. Sus referentes son Enrique Ponce y El Juli, pero su
camino lo está escribiendo con personalidad propia.
En Zaragoza,
Pedro Andrés buscará mostrar ese toreo serio, clásico y templado que le
ha hecho abrir tantas puertas grandes en tan poco tiempo. Si lo logra, puede
que estemos viendo el inicio de un nombre destinado a sonar fuerte en el futuro
del toreo.
¡Suerte
y al toro!
Desde
este rincón taurino, no queda más que desearle toda la fortuna a Pedro Andrés
en su compromiso en Zaragoza. Que la Virgen del Pilar guíe su muleta y que su
clasicismo sepa conquistar al exigente tendido maño. La ilusión está intacta,
el esfuerzo ya está puesto: ahora toca soñar en grande y ratificarlo en el
ruedo.
Pedro Andrés: el clasicismo joven que llega a Zaragoza
La Feria
del Pilar 2025 se viste de novedad y de futuro con la presencia de Pedro
Andrés Arija, un novillero que está dando mucho que hablar en el escalafón.
Nacido en Vitoria (Álava), pero con raíces zamoranas, lleva el toreo en
la sangre: su padre, Jesús Andrés, fue novillero sin caballos, y en casa se
respiraba ambiente taurino desde niño.
Su formación
ha pasado por dos grandes canteras de novilleros: la Escuela Taurina de
Salamanca y la de Rioseco (Valladolid). De ambas se llevó la
seriedad en los fundamentos y la búsqueda de un concepto clásico que hoy es su
sello. No es un torero de artificios: lo suyo es la pureza, el ritmo y la
cadencia, la muleta templada y los muletazos ligados, buscando siempre la
estética.
De Huerta del Rey a Villoria
Su primer
vestido de luces lo estrenó en Huerta del Rey (Burgos), en septiembre de
2020, cortando dos orejas. Tras una etapa intensa como becerrista y
novillero sin caballos, llegó el gran salto con picadores en Villoria
(Salamanca), el 7 de abril de 2024. Esa tarde salió en hombros tras cortar
dos orejas, una carta de presentación que confirmó lo que muchos intuían: que
había torero.
En la temporada
2023, todavía sin caballos, toreó 28 festejos y cortó 53 orejas. Pero fue
en 2024, ya con picadores, cuando dio un golpe en la mesa: 14 novilladas, 31
orejas y hasta 10 salidas a hombros. Cifras que no se explican solo con
entusiasmo juvenil, sino con capacidad y constancia.
Triunfos que marcan un camino
Los triunfos
se han ido sucediendo: Belorado, Albarracín, Bouillargues, Casavieja,
Briviesca, Sotillo de la Adrada… En esta última plaza, en 2025, firmó una
tarde rotunda con novillos de Hato Blanco, logrando el trofeo al Triunfador
de la feria. Y en Carbonero el Mayor (Segovia) salió en hombros tras
cortar dos orejas a su lote de Prieto de la Cal.
En el Circuito
de Castilla y León también ha brillado: fue finalista en 2024 y en 2025
tiene plaza fija, consolidándose como uno de los nombres destacados del certamen.
Zaragoza, una cita clave
Pedro Andrés
lo tiene claro: la temporada 2025 es clave. No quiere que nadie piense
que lo de 2024 fue casualidad. La exigencia del escalafón de novilleros con
caballos es alta y la afición pide siempre un plus. Por eso, la cita en la Feria
del Pilar de Zaragoza se convierte en un reto mayúsculo: una plaza de
primera, con una afición entendida y exigente, donde cada muletazo se mide y
cada detalle cuenta.
Llega con el
respaldo de su apoderado Jorge Manrique, con un invierno intenso de
preparación física y de campo, y con la ilusión de un joven que sueña en
grande. Sus referentes son Enrique Ponce y El Juli, pero su
camino lo está escribiendo con personalidad propia.
En Zaragoza,
Pedro Andrés buscará mostrar ese toreo serio, clásico y templado que le
ha hecho abrir tantas puertas grandes en tan poco tiempo. Si lo logra, puede
que estemos viendo el inicio de un nombre destinado a sonar fuerte en el futuro
del toreo.
¡Suerte
y al toro!
Desde
este rincón taurino, no queda más que desearle toda la fortuna a Pedro Andrés
en su compromiso en Zaragoza. Que la Virgen del Pilar guíe su muleta y que su
clasicismo sepa conquistar al exigente tendido maño. La ilusión está intacta,
el esfuerzo ya está puesto: ahora toca soñar en grande y ratificarlo en el
ruedo.