Fran es la misma persona que hace años pero no el mismo torero, eso dice mucho de él. De niño era risueño, bondadoso, gamberrillo, grande de corazón e inteligente.
Como torero lo veía fácil y fácil lo hacía, nos hacía gozar y sufrir al mismo tiempo..." si este quisiera"...
Resulta que empezó a evolucionar, las experiencias personales (buenas y malas, como a todos) le hicieron avanzar hasta el punto de acabar con el cuadro en la misma plaza de Zaragoza.
¡Sin caballos! dirán algunos, lo mismo que Pedrito de Portugal y aún nos acordamos hasta los que no lo vimos, igual que nos acordaremos de lo de Fran.
Se avecina un nuevo paso adelante para él, el debut con caballos es inminente y su preparación está siendo acorde.
Para los que un día no lo vimos y ahora entonamos el mea culpa, nos llega el momento de disfrutar de un nuevo novillero con caballos en Aragón.
Con una cadencia especial en su toreo, la inteligencia intuitiva y la preparación que lleva, será un gozo verlo con el utrero.
Por: Miguel Ángel “El Duque”.
FRAN FERNANDO, LA EVOLUCIÓN DE LA CADENCIA.
Fran es la misma persona que hace años pero no el mismo torero, eso dice mucho de él. De niño era risueño, bondadoso, gamberrillo, grande de corazón e inteligente.
Como torero lo veía fácil y fácil lo hacía, nos hacía gozar y sufrir al mismo tiempo..." si este quisiera"...
Resulta que empezó a evolucionar, las experiencias personales (buenas y malas, como a todos) le hicieron avanzar hasta el punto de acabar con el cuadro en la misma plaza de Zaragoza.
¡Sin caballos! dirán algunos, lo mismo que Pedrito de Portugal y aún nos acordamos hasta los que no lo vimos, igual que nos acordaremos de lo de Fran.
Se avecina un nuevo paso adelante para él, el debut con caballos es inminente y su preparación está siendo acorde.
Para los que un día no lo vimos y ahora entonamos el mea culpa, nos llega el momento de disfrutar de un nuevo novillero con caballos en Aragón.
Con una cadencia especial en su toreo, la inteligencia intuitiva y la preparación que lleva, será un gozo verlo con el utrero.
Por: Miguel Ángel “El Duque”.
